Cuando su banda despachaba algunos acordes, Solari tomo el micrófono y dijo: «anda circulando una versión de que estoy enfermo y es verdad, `Mr. Parkinson´ me está pisando los talones, pero acá estoy”.
El concierto también sirvió para que Solari presentara a la nueva base de su banda ahora conformada por Martín Carrizo en batería, Fernando Nale -ex Cerati- en bajo además de Gaspar Benegas y Baltasar Comotto en guitarras y Pablo Sbaraglia en teclados.
El recital se inicio con el clásico ricotero «Nuestro amo juega al esclavo», al que siguieron “Pedia temas en la radio…”, “Porco Rex”, “Tatuaje» y el «Charro Chino”, estas ultimas de su etapa solista.
La temperatura se elevó cuando Solari y su ajustada banda se despacharon con los clásicos de Patricio Rey “Esto es todo amigos”, “Gran Lady», «Salando las heridas», «Cruz Diablo», donde se lucieron Benegas y Comotto. A «Ramas Desnudas” la banda la ensamblo con «Ella baila con todos» y «El arte del buen comer».
La euforia y la alegría de sus seguidores no dejó de hacerse sentir en ningún momento en medio de miles de banderas que flameaban bajo un viento fresco de 12 grados de temperatura. El publico mostró nuevamente una lealtad a prueba de frío, incomodidades y largas distancias.
Luego Solari enganchó canciones de su repertorio «Todos los botes», «Torito es muerto», «Ceremonia durante la tormenta», «A la Luz de la Luna», a la que le siguieron los clásicos redondos «Las increíbles andanzas del Capitán Buscapina en Cybersiberia», «Es hora de levantarse querido. Dormiste bien?» y «Barba azul vs amor letal».
En el enorme predio podían verse miles de banderas que mezclaban localidades con frases del ideario ricotero: “Bosterito de Ricota” (Gral. Pacheco), “Me convencí de que es mejor y me hizo bien” (Monte Caseros), “Esto es Argentina” (Tucumán), “Cuando el fuego crezca quiero estar ahí” (Chaco), “Ladrón de mi cerebro” (Perú), “Buena suerte”(Benito Juárez) entre otras tantas que cubrían a miles de fanáticos.
Sobrevolando a la multitud podían verse drones, algunos lanzados por la propia organización y otros por los fans, que fotografiaban la increíble geografía del lugar y el efecto constelación, con miles de pantallas de celulares encendidas. Muchas de esas fotos panorámicas hoy circulan por las redes sociales.
Sobre uno de los costados del Hipódromo se acomodaban los puestos de hamburguesas, bondiolitas, panchos, choripanes, bebidas y helados. Los 1400 agentes de seguridad privada contratados no dejaron de acompañar tanto a seguidores como a autoridades, periodistas y fotógrafos de distintos medios de comunicación nacional y extranjeros.
Mientras que varios puestos de la Cruz Roja y de atención medica se ubicaron a lo largo y ancho del predio con médicos, paramédicos y más de 15 ambulancias. En estas carpas fue atendido el hombre herido con arma blanca durante el show, que fue reportado como el único protagonista de un incidente grave.
Entre los fans, Juan Manuel y Rodolfo de Choele Choel, en Río Negro, llevaban una bandera para recordar a un amigo fallecido hace pocos días. Por su parte la salteña Juliana afirmó: “me tiembla el cuerpo de ver a mi ídolo otra vez pisando un escenario. Me voy a quedar en Tandil hasta el miércoles porque mañana tengo que ir hasta el Calvario de la ciudad a agradecer esta oportunidad que me volvió a dar la vida de ver al Indio”.
Más lejos Ricardo y Marta -un matrimonio de 70 y 72 años- tararean cada tema y dicen “estuvimos toda la semana practicando las canciones, solo nos aprendimos dos: `Jijiji ´y `Había una vez´; pero acá estamos disfrutando a nuestra edad de este espectáculo que convoca a muchas generaciones”.
Los tandilenses como Carlos y Rosaura hicieron unos pesos, guardándole a los asistentes sus bultos en su casa al valor de 20 pesos por bolso, mientras que Marcos vendía huevos duros a 3 pesos, y más allá otros vendían pizzas caseras, panes artesanales rellenos.
Alejandro y Marta, otros vecinos del barrio de Villa Aguirre, donde esta ubicado el Hipódromo, les cobraban 30 pesos a a los fans por permitirles bañarse dentro de su casa.
La banda realizó un parate de unos minutos y volvieron al escenario para despacharse con «La parabellum del buen psicópata», «Había una vez», «Vino Mariani», «Adieu! Bye Bye! Aufwiedersehen», «Rock para los dientes» y la hermosa «Flight 656».
El cierre fue con el pogo más grande del mundo ofrendado para «Ji ji ji», clásico ricotero», y se pudo ver saltando al intendente de la ciudad Miguel Ángel Lunghi con su familia, el jefe de gabinete municipal y a la actriz Romina Gaetani, mientras se rumoreaba que en el campo estaba presente el ex jefe de gabinete nacional del Frente Para la Victoria, Aníbal Fernández.
A lo largo de la noche solo se supo que existió un joven apuñalado con una rama blanca el que fue asistido por personal profesional presente.
El show culminó pasadas las 23:20 con dos cortes donde el «indio» se retiró del escenario para descansar y recuperar energía.
Fuente: Télam.