Hoy, con 80 años, sigue en eso. La medalla que trae entre manos es la Orden del Imperio que en 1924 le entregó a William Harding Green el gobierno británico. Harding Green fue el jefe local del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, la empresa que tendió vías hacia la Pampa, estableció Puerto Galván, levantó el Mercado Victoria, el puente Colón, el barrio inglés, y administró los primeros servicios de luz y gas de nuestra ciudad. David encontró la medalla en una subasta online y la compró, con la idea de donarla al museo.
Con él recorremos el Parque Noroeste, el Colegio la Piedad, el puente ferroviario sobre el canal Maldonado. También estudiamos planos, fotografías y mapas que parecen haber estado esperándolo. A través de su mirada, el paisaje próximo adquiere perspectiva. Nuestro acá nomás es su allá lejos (y hace tiempo).
David cuenta, por ejemplo, que nunca vió en Inglaterra nada parecido al conjunto de viviendas que acá llamamos el «barrio inglés». Pero, acota: maybe in Pakistan, maybe in India. El pasado británico de Bahía Blanca no nos conduce linealmente a la metrópolis europea en la que, más de una vez, quisiera verse refrendado un origen, un ascendente aspiracional para nuestras ambiciones de grandeza.
Tanto en la medalla de plata de Harding Green, como en la arpillera áspera de las bolsas para cereal o en los pilotes que sostienen todavía algún muelle, lo que se insinúa es una red, una compleja trama de dominio, que puede remitirnos a la Londres de fines del siglo XIX, pero también a otros arrabales de aquel imperio, tan remotos como este. Lugares de los que sabemos poco y nada, pero con los que tal vez tengamos más en común de lo que a menudo se piensa.