El rompehielos ARA «Almirante Irizar» ingresó al antártico argentino comprendido entre los meridianos 74°O y 25°O, y el paralelo 60°S y el Polo Sur. El objetivo de la navegación es realizar las pruebas de hielo, de cara a las futuras Antárticas de .
Se cierra de esta manera un ciclo iniciado el 10 de abril de 2007, cuando un incipiente e inadvertido incendio en la sala de máquinas de la nave que navegaba en las proximidades de Puerto Madryn rumbo a Buenos Aires, terminó saliéndose de control, quemando el 80% de los sectores sensibles del buque.
Como se recordará, en los últimos años el país debió recurrir a la contratación de buques extranjeros a un muy elevado y muchas de esas contrataciones terminaron originando expedientes judiciales por verse rodeadas de severas irregularidades.
Durante varias jornadas, las alternativas del navío abandonado por sus tripulantes a excepción de su por entonces comandante, el capitán de fragata Guillermo Tarapow, humeaba a la deriva en el Atlántico Sur. 238 hombres y mujeres entre civiles y militares integraban la dotación en aquellas circunstancias.
De esta forma se encuentra navegando por bordes y packs de hielo a fin de probar su comportamiento y capacidades. Una vez finalizada esta etapa estará en condiciones de obtener la certificación final para reincorporarse a la Armada.
El rompehielos se encuentra al mando del Capitán de Fragata Maximiliano Mangiaterra y cuenta con una dotación de 111 personas entre hombres y mujeres.
Tras el proceso de reconstrucción y modernización, el «Almirante Irízar» se convirtió en un rompehielos único en el hemisferio Sur; incorporó tecnología de última generación, duplicó su capacidad de transporte de gas oil antártico (GOA) e incrementó en un 600 por ciento la cantidad de espacio dedicado específicamente a la investigación científica.
Fuente: Nuestromar