sinceramente que antes de que se tomen decisiones se habilite un debate público sobre el mismo.
Sin duda el Puerto de Buenos Aires será necesario para nuestro exterior por varios años y para siempre como puerto de cruceros. Todos los habitantes del país tienen derecho a un puerto competitivo. Pero hay muchos puntos que se deben analizar y plantear en «mesas redondas», con técnicos que podrán opinar sobre muchas cosas y no sólo de lo que es estrictamente técnica portuaria.
En primer lugar, un Plan Estratégico de un puerto debe ser analizado dentro del Plan de Transporte de una Nación. Y en los países que progresan, las políticas de transporte son siempre «políticas de transporte intermodal», donde se usan los modos de transporte en la combinación que da el menor costo final para poder mover una carga de origen a destino.
Pero esos costos no son solamente los que cobran los operadores del transporte (camionero, empresa ferroviaria o de transporte por agua). Deben incluir los costos de la construcción y mantenimiento de necesaria infraestructura, la congestión, los accidentes y el efecto sobre el medioambiente.
Para empezar hay que considerar la posición del Puerto de Buenos Aires sobre el Río de la Plata, a más de 220 kilómetros del primer punto de profundidad natural de tan sólo 12 metros, que es lo mínimo que requiere un puerto de importancia.
Después se debe tomar en cuenta que el Puerto de Buenos Aires está detrás de una zona urbana donde viven 12 millones de habitantes que merecen que se tomen todas las medidas posibles, para mitigar los inevitables efectos negativas que tiene un puerto sobre el tránsito.
Esto requiere estudios de flujos de cargas. El Puerto de Buenos Aires tiene graves problemas de accesos para camiones y ferrocarriles, que sólo se pueden solucionar con enormes gastos. Por otra parte se debe considerar que «modernizar» un puerto con espigones de los tiempos de depósitos, a largos muelles lineales para operar con contendores, es mucho más caro que hacer los muelles nuevos en otros lugares.
Hay que tomar en cuenta la preocupación de cómo será la evolución del comercio mundial: hay muchos que temen que en vez de crecer, se debe esperar un período de contracción por el aumento del proteccionismo.
Y finalmente la crisis del transporte marítimo mundial, que es la peor de toda la historia, que empezó en 2009 y causó la quiebra del séptimo armador del mundo –Hanjin- que provocó caos en cadenas logísticas de Europa y Estados Unidos.
Este año los armadores perderán 5000 millones de dólares en total, lo que ya arrastró a muchos astilleros.
Como única salvación los armadores deben bajar sus costos, se deben juntar y para los tráficos de Asia a Europa y a Estados Unidos se están formando tres grandes alianzas (Vessel Sharing Agreements) que comenzarán a funcionar probablemente en abril de 2017.
Son los mismos armadores que vienen a Sudamérica. Se puede leer en la prensa mundial que esto ya está afectando a los operadores de terminales que ya no pueden calcular los grandes ROI que tenían y hasta se deben unir para poder subsistir.
Estos son sólo algunos de los puntos que se deben analizar para hacer un Plan Estratégico para el Puerto de Buenos Aires, que se debe relacionar con un análisis en mesas redondas, con técnicos en diferentes materias, no sólo portuarias. Resta una sola pregunta: ¿cuáles han sido los aportes de Fundación Valencia Port, el Puerto de Rotterdam, el Puerto de Barcelona y la consultora ALG, en el Plan Estratégico y en el futuro proceso licitatorio de las 2 terminales?
Antonio Zuidwijk
NUESTROMAR