Gracias al apoyo clave de un puñado de senadores peronistas, el Gobierno consiguió avanzar en el Senado con la sanción de los proyectos de Ley de Responsabilidad Fiscal, el pacto fiscal y la reforma jubilatoria que previamente la Casa Rosada había acordado con los gobernadores.
El proyecto previsional obtuvo el visto bueno en la Cámara alta con 43 votos afirmativos, frente 23 en contra y tres abstenciones. El consenso fiscal tuvo 52 aprobaciones y 15 rechazos; mientras que la iniciativa de responsabilidad fiscal consiguió 53 sufragios positivos contra 14 senadores que se opusieron.
Cambiemos, que es minoría en la Cámara, consiguió la media sanción de los tres importantes proyectos. El tema deberá ahora ser discutido en Diputados, adonde los bloques del massismo y el kirchnerismo ya anticiparon su rechazo.
Adolfo Rodríguez Saá, con uno de los discursos más duros de la noche, señaló: «Este camino Cambiemos ya lo ha transitado como parte de la Alianza. Esto va a ser cada vez peor. Y el peronismo estará del lado de los más débiles». Horas antes de la sesión, el ex presidente y ex gobernador de San Luis había jurado en su nuevo mandato como senador, que comenzará el 10 de diciembre, junto a otra legisladora electa con quien no paró de cuchichear: Cristina Fernández de Kirchner.
Esa frase de Rodríguez Saá, sobre el cierre del debate, le valió un cruce sutil con el jefe de la bancada mayoritaria y pieza clave para la aprobación de los proyectos, Miguel Pichetto, quien comenzó su discurso preguntando: «¿Quién lo quiere estar del lado de los más débiles?». El rionegrino se amparó en las decisiones de los gobernadores para defender su postura frente a los tres temas. «Veintitrés provincias han firmado este acuerdo», enfatizó.
El mismo dato resaltaron los oficialistas que defendieron las iniciativas. Además, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, destacó especialmente la Ley de Responsabilidad Fiscal. «El acuerdo de hoy es histórico, podría terminar con un drama de la Argentina: el de un país que se destruye cada cierto tiempo porque sus gobiernos gastan más de lo posible», prometió.
No mostraron tanto entusiasmo el neuquino Guillermo Pereyra (MPN), que dijo que no hubo consensos para firmar los dictámenes; la chubutense Nancy González (PJ-FpV), que advirtió que el Gobierno busca «desfinanciar al Anses y volver a las AFJP»; en lo que coincidió la pampeana Anabel Fernández Sagasti (PJ-FpV); o la rionegrina Magdalena Odarda (Coalición Cívica-ARI), que criticó que «el ahorro que se hace con esta reforma es en verdad el dinero que le corresponde a nuestros jubilados».
El sanjuanino Ruperto Godoy (PJ-FpV) coincidió: «En vez de hacerle pagar el sacrificio y el esfuerzo a los que están en la timba financiera, se lo van a hacer pagar a los jubilados», se quejó. La cantidad de voces en contra de las iniciativas tuvieron efecto en la neuquina Lucila Crexell (MPN). «Iba a votar en contra de la previsional, pero después de escuchar algunos discursos voy a votar en contra de las tres. No podemos analizar en seis días leyes de tamaña envergadura», observó.
Por el debate tan veloz, en el comienzo de la sesión, Rodríguez Saá había intentado demorar la sanción, al proponer que el consenso fiscal sea devuelto al debate en comisiones. En el trámite, comparó al oficialismo con el kirchnerismo. «Nos hemos quejado del tratamiento exprés que han tenido proyectos en el pasado, hoy tenemos un tratamiento super exprés, con un trámite irregular violando el reglamento», señaló.
Según advirtió, la iniciativa debió haber pasado por la comisión de Coparticipación Federal pues modifica impuestos coparticipables. Cambiemos y el resto del peronismo se negaron, en una votación que marcó 47 a 18.
Ese resultado anticipó el siguiente y la habilitación del tratamiento de los temas consiguió los dos tercios que necesitaba, pues el dictamen no había cumplido los siete días. Sólo ocho senadores votaron en contra: cuatro kirchneristas, dos puntanos y dos progresistas.
Fuente: El Cronista