La empresas de transporte de pasajeros de larga distancia recibieron ayer como buena noticia a medias el cambio de banda tarifaria fijada por el Gobierno, ya que aducen que, si bien representa una mejora frente a la norma previa, no les permite bajar en mayor proporción sus precios en días o servicios de escasa demanda o al vender con mayor antelación, para poder atraer más clientes y ser más competitivos.
Los empresas vienen reclamando hace tiempo un nuevo marco regulatorio que les permita ganar eficiencia y pasajeros, en un contexto de creciente competencia de las compañías aéreas, muchas de las cuales ofrecen tarifas en «banda negativa» para viajar dentro del país, que en algunos casos se acercan o son menores a las fijadas por los micros.
El Ministerio de Transporte publicó ayer, en el Boletín Oficial, la resolución 718-E/2017, en la que implementa cambios en la banda tarifaria para el transporte de Pasajeros de larga distancia, permitiendo ampliar los valores mínimos y máximos, en referencia a la tarifa media por kilómetro.
Establece, por ejemplo, un valor medio por kilómetro $ 1,104, con un mínimo de $ 0,939 (un 18% menos que la previa en baja temporada) y un máximo de $ 1,657 (un 4,2% más que anterior, en alta). Antes, en temporada baja, la media era de $ 1,215, con un mínimo de $ 1,154 y máximo de $ 1,458, y en alta estaba fijada en $ 1,325 por km, con una mínima de $ 1,259 y $ 1,590, según especificaron desde la Celadi, Cámara Empresaria de Larga Distancia, que reúne a la mayor parte de las empresas del sector.
«El cambio representa una mejora frente a la banda previa, porque hay más amplitud entre mínimos y máximos. Pero no era lo que habíamos propuesto, queremos ser más flexibles a la hora de bajar precios, para ganar competitividad y pasajeros. Buscamos tener un sistema similar a las aéreas, de varias tarifas, y poder destinar al menos un 20% de las plazas a tarifas promocionales, para quien compra con antelación», explicaron desde la Celadi.
El cambio tarifario se publicó dos días después de que el Ministerio de Trabajo resolvieran una suba salarial de 21% a trabajadores del sector ante la falta de un acuerdo paritario, decisión recurrida por las cámaras (ver aparte).
Las empresas aducen que enfrentan graves problemas financieros, ya que la cantidad de pasajeros se reduce año a año y, por tratarse de un servicio público y regulado, deben viajar a algunos destinos con muy baja ocupación, sin rentabilidad. En promedio, el 47% de sus plazas están ocupadas, cuando dicen serían rentables con más del 70%. La cantidad de pasajeros en micros de larga distancia se redujo 28% entre 2011 y 2015, a 37,9 millones de personas; en ese lapso, los kilómetros recorridos se redujeron 15,3%, según la Celadi, en base a datos de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT). Si bien no hay datos oficiales, se estima que este año los servicios ofrecidos se redujeron un 14%, ante la menor demanda, a pesar de que algunos de ellos no pueden suspenderse.
Ante este escenario, reclaman un cambio de marco regulatorio, que les permita no sólo flexibilidad en tarifas, sino también adaptarse a la demanda, agregando servicios a destinos más solicitados y quitando otros con escasa ocupación; código compartido entre compañías (para juntar servicios que salgan con escasa diferencia horaria a un destino, en caso de baja ocupación); una jornada laboral específica, de relevo por postas, y dar por terminado con los permisos precarios, ya que todos están vencidos, algo que, aseguran, no les da respaldo legal a la hora, por ejemplo, de pedir un crédito.
Fuente: El Cronista