Alberto Fernández ya decidió que no hará lo que hizo Mauricio Macri apenas asumió la gestión. El cepo, que implementó el Presidente después de las primarias por la escasez de dólares y la crisis económica y que endureció tras la derrota en las elecciones generales, llegó para quedarse.
El presidente electo ni siquiera amagará con levantarlo. “El 10 de diciembre no es una fecha mágica”, dijo. Fue una definición fuerte en el medio de su viaje a México, el primero al exterior. Pero no la única: también advirtió que cuando asuma el poder desdolarizará las tarifas de los servicios públicos.
Las definiciones fueron parte de la conferencia de prensa que el futuro mandatario brindó tras mantener una reunión de una hora y media con el presidente local, Andrés Manuel López Obrador en la que repasaron una variada agenda: la crisis de Ecuador y Chile, el futuro del Grupo Puebla y la situación de Venezuela, la negociación que Argentina deberá encarar con el Fondo Monetario Internacional y la posibilidad de cerrar acuerdos comerciales entre ambos países en la industria de la carne y en la automotriz.
“Lo que Argentina vive en materia de dólares es lo que Macri produjo. El 10 de diciembre no es una fecha mágica. En todo caso, ese día sabremos cuántos dólares quedaron en las arcas del Banco Central. Esto es el resultado de una política que ha dejado que migren de las arcas del Banco Central decenas de miles de millones de dólares a destinos desconocidos”, dijo Fernández frente a una pregunta de La Nación sobre si pensaba estirar en el tiempo la prohibición de comprar dólares que determinó la actual administración.
Minutos más tarde, Clarín le repreguntó al futuro jefe de Estado sobre la cuestión. Se generó entonces el único contrapunto de la conferencia. “Ya lo contesté. Me parece que no quisiste entenderlo. El 10 de diciembre cambia un gobierno, no la realidad económica. La única realidad es que Macri tomó esta decisión porque vio salir decenas de millones y millones de dólares del sistema financiero. Eso no se revierte porque cambia un gobierno”, contestó.
Fernández estaba exultante por la charla con López Obrador. ¿Ayudará México a la Argentina en la negociación con el FMI? Fue otra de las preguntas de la conferencia. “Él se comprometió a colaborar en todo lo que haga falta. No tienen idea la satisfacción de encontrame con alguien que piensa tan parecido a mí. Conoce muy bien lo que pasa en la Argentina”. López Obrador ya había manifestado su apoyo públicamente poco antes de recibirlo en su despacho.
Tras el encuentro, el mandatario mexicano, al que todos llaman AMLO, le mostró a Fernández las obras del muralista Diego Rivera expuestas en el edificio -que adornan paredes y escaleras del lugar- y luego lo invitó a almorzar en el Palacio. Fernández llegó a la cita con un libro y un busto de Evita que le regaló a su anfitrión. A cambio, recibió un pin de la presidencia de México.
En el encuentro y en el almuerzo, además de Fernández y López Obrador, estuvieron Felipe Solá (posible canciller de Fernández) y la economista Cecilia Todesca. Del lado mexicano, estuvieron Alfonso Romo, jefe de ministros, y el canciller Marcelo Ebrart.
Frente a los periodistas, Fernández tuvo que volver a dar pistas sobre lo que será su administración y anticipó que modificará la política tarifaria del macrismo. Dijo que su plan se inscribe “dentro de una política económica que Argentina tiene que revisar”.
Aclaró que ante “la carencia de dólares que tiene el país, no puede ser que siga con las tarifas dolarizadas cuando el resto de la economía no lo está. Eso dije desde el primer día que debería ser revisado. Ahí en más veremos lo que nuestra economía permite y todos deberán hacer un esfuerzo. Todos y todas. Todas por las energéticas”.
Fuente: Clarín