El 2 de agosto pasado, en el quinto aniversario del derrumbe de la mina San José, los protagonistas de la vida real fueron invitados a participar junto al actor Antonio Banderas de la avant premier de la película “Los 33”, pero en la alfombra roja solamente estuvieron 31 mineros.
Uno de ellos se excusó de no poder viajar, pero Víctor Zamora, el número 14 de los rescatados, no fue porque rechazó el acuerdo económico que horas antes firmaron con los productores del film los mineros, incluyendo a Luis Urzúa y Juan Carlos Aguilar, quienes en un principio se habían negado a participar.
Zamora declaró sentirse estafado por el staff de abogados que los representó como grupo, el bufete Carey & Cía, por la venta de derechos sobre la historia del accidente: «El problema no es con los mineros, no es con la película, el problema es que me estafaron y no voy a bajar la guardia».
«Yo no me enfermé en la mina, me enfermé acá afuera, con todo esto de los derechos. Quiero que me devuelvan lo que es mío.
Es cierto, firmé un contrato y está bien hecho, pero ellos (los abogados) abusaron de nosotros. Yo no leí. Ibamos recién saliendo (de la mina), con pastillas, dopados y nos apuraron», reveló días atrás en una entrevista con la agencia EFE.
“Recibimos como adelanto por los derechos de la película 1.480 dólares por cuatro meses y 1.030 dólares por los derechos del libro. Yo no he recibido nada de lo que tenían que entregarnos (se refiere a 513.000 dólares que la productora dice haber pagado)», apuntó.
Mientras tanto, la película «Los 33» tuvo 250 mil espectadores solamente durante su primer fin de semana en Chile, lo que la llevó a recaudar más que otros tanques de Hollywood como «Harry Potter», «Iron Man» y «Transformers».
La denuncia de Zamora reveló la dispar realidad que vive este grupo de personas, cinco años después del accidente que marcó sus vidas y que legalmente no tuvo responsables según la Fiscalía de Atacama que decidió no perseverar en la investigación contra la compañía San Esteban Primera S.A., propietaria de la mina San José, ni contra las autoridades de la época del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).
Muchos de los 33 mineros se dedican actualmente a realizar trabajos esporádicos como transportistas o constructores, otros como Víctor Zamora y Ariel Ticona, perdieron sus casas en los aluviones provocados por el temporal que afectó, en marzo, al norte grande de Chile.
El minero Omar Raygada fue más categórico sobre la situación de estos cinco años a los que calificó como “laboralmente malos”.
“La verdad es que es difícil que nos den trabajo porque los empresarios tienen miedo de que denunciemos las malas condiciones de seguridad de sus minas”, se quejó.
Mientras que otros no pudieron trabajar por estar sometidos a tratamientos psiquiátricos, como es el caso de Daniel Herrera, quien luego de un año y medio recibió el alta médica, y no dudó en volver a las faenas mineras.
En cambio, Mario Sepúlveda, interpretado en la película «Los 33» por Antonio Banderas, pudo acumular algo más de dinero al ser invitado a programas de televisión de todo el mundo y dedicarse a dar charlas motivacionales por todo el país.
El Gobierno chileno invirtió cerca de 20 millones de dólares en el trabajo de ingeniería para sacar a los mineros de las profundidades de la tierra en un episodio que tuvo a sus familias en una vigilia de 69 días.
El plan, liderado por el entonces ministro de Minería y renunciado ex candidato presidencial (por poseer inversiones en paraísos fiscales), Laurance Golborne, tuvo una gran repercusión mundial y llevó al Estado a proporcionales a los 33 sobrevivientes pensiones vitalicias de 540 dólares mensuales.
Fuente: Télam.