Destronada como ingrediente indispensable de la gastronomĆa,Ā la harina deĀ trigoĀ pasó de ser la mĆ”s solicitada y popular a competir con otras alternativas etiquetadas como āmĆ”s saludables y beneficiosasā, muchas sin gluten.Ā
Un informe de laĀ Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de los Estados Unidos (HAES)Ā revela queĀ alrededor de 2,7 millones de personas sin enfermedad celĆaca comenzaron a seguir una dieta sin gluten entre 2009 y 2014. Los autores del escritoĀ sugieren que la tendencia se debe a dos motivos: uno es la percepción pĆŗblica de que una dieta sin gluten es mĆ”s saludableĀ y puede mejorar sĆntomas gastrointestinales inespecĆficos; y,Ā en segundo lugar, la creciente oferta de alternativas sin glutenĀ disponibles en el mercado.Ā
āEn la sociedad se estĆ” entendiendo que hay un 65% de sobrepeso y obesidad con la forma de comer que aprendimos de generaciones anteriores, de modo que surge la necesidad de hacer algo distintoā, seƱala MatĆas Marchetti, licenciado en nutrición y autor de libros sobre vida sana.
Pero, ¿realmente se come mejor al reemplazar el trigo? ¿ simplemente se cambia una harina por otra sin entender qué aporta cada una y en qué contexto puede ser funcional? Porque no todas las opciones sin gluten son sinónimo de salud, ni todas las harinas tradicionales son necesariamente perjudiciales.
AsĆ, adquirieron una mayor relevancia otras opciones igual de sabrosas, texturizadas e incluso, mĆ”s Ćŗtiles dependiendo del tipo de plato que se planee cocinar.
āEl auge en el consumo de harinas alternativasĀ se debe en primera instancia a la vuelta de laĀ dieta ketoĀ āque se caracteriza por ser baja en carbohidratosāĀ y a la gran cantidad de personas que estĆ”n siendo diagnosticadas conĀ intolerancia al glutenā, asevera la licenciada en nutrición, Valentina MartĆnez.Ā
A la par, Marchetti resalta que los sustitutos al trigo no son mĆ”gicos, sino que para notar resultados y sacar provecho de sus propiedades se tiene que hacer un balance energĆ©tico y de nutrientes durante todo el dĆa. āHay algunas opciones que incluso son mĆ”s calóricas, lo que puede convertirse en un problema cuando esa energĆa no se usa y se acumulaā, aƱade.
Coincide con Ć©l el Dr. TomĆ”s Tale, mĆ©dico especialista en nutrición y Miembro Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de MĆ©dicos Nutricionistas (SAMENUT), quien advierte que durante el procesamiento para elaborar cualquier haria cambian las caracterĆsticas del alimento original, se pierden o degradan nutrientes y que, ademĆ”s, existen reportes de adulteración de estas harinas, casos en los que se disuelve una harina costosa con harinas económicas, para abaratar el costo.
A continuación, un recorrido por las principales harinas alternativas disponibles en el mercado, con sus beneficios reales, limitaciones metabólicas y lo que dice la ciencia sobre su rol en la salud.
1. Harina de mandioca
Proveniente de un tubĆ©rculo, la harina deĀ mandiocaĀ es libre de gluten y se destaca por su alta proporción deĀ almidón fĆ”cilmente digeribleĀ (85 gramos cada 100). Tiene unĀ aporte mĆnimo de proteĆnasĀ (1-2 g), esĀ baja en fibraĀ (2-3 g) yĀ no contiene grasas.Ā Su Ćndice glucĆ©mico es medio-alto (55-70), aunque puede disminuir si se enfrĆa luego de la cocción, por el aumento del almidón resistente.Ā
En este sentido, Milagros Sympson, nutricionista (M.N. 12067), seƱala queĀ el almidón resistente āactĆŗa como prebiótico, fermenta en el colon y produce butirato, un compuesto con efecto antiinflamatorioā. AdemĆ”s, sostiene que este tipo de almidón āmejora la sensibilidad insulĆnica y contribuye a un mejor metabolismo de la glucosaā.Ā
Por su parte, Tale explica que āel procesamiento de esta harina requiere la eliminación obligatoria de glucósidos cianogĆ©nicos, sustancias tóxicas presentes en la raĆz crudaā y que esta etapa genera ademĆ”s āuna degradación importante de proteĆnasā, lo que hace que su valor nutricional sea limitado.

2. Harina de maĆz
Es el polvo resultante de moler los granos o semillas de una mazorca de maĆz. De acuerdo con Liliana Papalia, mĆ©dica especialista en nutrición y obesidad, se trata de un alimento rico en magnesio, calcio, potasio, carbohidratos y fibra. AdemĆ”s, al no contener gluten es apta para celĆacos.
āSu contenido en carbohidratos la convierte en una fuente de energĆa ideal para el cuerpo humanoā, dice, y advierte sobre su consumo en exceso: āNo es la opción mĆ”s saludable para aquellas personas que desean controlar su ingesta de calorĆas o seguir una dieta baja en carbohidratosā.
Gracias a queĀ posee almidón, es un ingrediente clave en recetas que buscan espesar salsas, guisos y hacer pastelerĆa. La harina de maĆz, ademĆ”s, es el ingrediente principal de comidas populares como las arepas venezolanas, los nachos, los tacos y los burritos, entre otros.Ā
Su abundante fibra la vuelve ideal para eficientizar el trĆ”nsito intestinal y evitar el estreƱimiento, explica la doctora. āAl tener bajos niveles de sodio es recomendable para los que tienen hipertensión arterialā, concluye.
3. Harina de coco
Con un perfil nutricional que se parece mĆ”s al de un fruto seco que al de un cereal, la harina de coco es alta en grasas saturadas (30-40 gramos por cada 100), mayormente Ć”cidos grasos de cadena media (CT), como el Ć”cido caprĆlico y cĆ”prico, que se metabolizan en el hĆgado como fuente rĆ”pida de energĆa o cuerpos cetónicos (es decir que tienden a no almacenarse como grasa corporal).
AsĆ y todo, Sympson hace Ć©nfasis que el consumo diario de grasas saturadas no deberĆa superar los 13 gramos, lo que equivale a hasta 30 gramos de harina de coco.
Esta harina tambiĆ©n contiene 10- 15 g de fibra, 6-7 g de proteĆnas, y tiene un Ćndice glucĆ©mico bajo (35-45), lo que la vuelve interesante para personas con diabetes o resistencia a la insulina. SegĆŗn Sympson, āsu aporte de grasas y fibra promueve una saciedad mĆ”s prolongadaā. Aporta ademĆ”s manganeso, cobre y hierro.

4. Harina de quinoa
TambiĆ©n unaĀ opción libre de gluten, la harina de quinoa se distingue del resto de los granos por suĀ alto contenido proteicoĀ (13-14 gramos cada 100) y por superfil completo de aminoĆ”cidos esenciales,Ā destaca Tale.Ā
Aunque comparte con los cereales tradicionales una proporción similar de carbohidratos, es rica en fibra (7-10 g) ālo cual contribuye a una mayor saciedadā, grasas saludables (6 g) y posee un Ćndice glucĆ©mico bajo-medio(50-55).
āLa quinoa mantiene el 95-100 % de sus aminoĆ”cidos esenciales al ser molida, ya que el proceso es en seco, sin calorā, seƱala Sympson, detallando que la biodisponibilidad de sus proteĆnas es del 80-90 por ciento, e incluso puede mejorar si se remoja previamente.
También se destaca su alto contenido de minerales como hierro, magnesio, zinc y folato, de antioxidantes como quercetina; y el efecto prebiótico de su fibra.
5. Harina de centeno
Aunque contiene gluten, la harina de centeno tiene un perfil notablemente mĆ”s nutritivo que la de trigo refinado. Aporta carbohidratos moderados (70 gramos cada 100), un contenido proteico medio (10-12 g) y una alta proporción de fibra (12-15 g). Sympson afirma que āpuede ser una opción mĆ”s saludable frente al trigo refinado, especialmente cuando se utiliza en su versión integralā, y hace Ć©nfasis en su contenido de fibra y compuestos bioactivos que ābenefician no solo la saciedad, sino tambiĆ©n la salud de la microbiota intestinalā. AdemĆ”s, resalta que su fibra soluble favorece un vaciamiento gĆ”strico mĆ”s lento y un mejor perfil glucĆ©mico. āTiene de 4 a 5 veces mĆ”s fibra que la de trigo refinado, con una mayor densidad de micronutrientesā, refuerza, y explica que su fibra viscosa āarabinoxilanos y beta-glucanosā estimula hormonas saciantes como LP-1 y PYY. AdemĆ”s, menciona el aporte de vitaminas del grupo B, magnesio, zinc y antioxidantes como los lignanos. āEs una opción valiosa en dietas que buscan controlar la glucosa y mejorar la digestiónā.

6. Harina de almendras
Es una de las harinas sin cereales ni gluten mĆ”s comunes y versĆ”tiles en la cocina saludable. Se la emplea tĆpicamente en recetas de pastelerĆa: es una de las favoritas de los tradicionales macarons franceses, aunque tambiĆ©n se usa en budines, panificados y masas bajas en carbohidratos.
Hecha en base a almendras molidas y blanqueadas, MartĆnez revela que esta harina tiene una cantidad casi nula de hidratos de carbono y es alta en grasas saludables y proteĆnas.
No obstante, advierte que se la debe consumir en porciones moderadas dado que aporta una considerable cantidad de calorĆas (600 cal por cada 100 gramos).
El sitio especializado en medicinaĀ WebMDĀ informa queĀ contiene manganesoĀ ācompuesto que ayuda al cuerpo a coagular adecuadamente la sangreā lo queĀ permite sanar despuĆ©s de una lesión y descomponer eficientemente carbohidratos y colesterol.Ā
āAl tener un bajo Ćndice glucĆ©mico es apta para el consumo de personas con diabetes y les permite controlar sus niveles de azĆŗcar en sangre de manera mĆ”s efectivaā, concluye la publicación.
7. Harina de avena
Resultado de la avena integral molida, esta harina da a los productos horneados mÔs sabor y textura que la tradicional de trigo. AdemÔs, es una auténtica bomba de nutrientes dada su riqueza en magnesio y zinc, ademÔs de vitaminas B1, B6, biotina y Ôcido fólico.
āTiene un alto contenido en fibra que favorece la digestión y, especĆficamente, unĀ tipo de fibra soluble llamada betaglucano que puede ayudar a reducir el colesterol LDL, asĆ como los niveles de azĆŗcar en sangre e insulinaā, se describe en elĀ estudioĀ āEfectos reductores del colesterol del betaglucano de avena: un metanĆ”lisis de ensayos controlados aleatoriosā. AdemĆ”s,Ā su aporte calórico es muy bajo: 68 calorĆas por cada 100 gramosĀ y tiene efectos antioxidantes y antiinflamatorios, que reducen el estrĆ©s oxidativo.Ā
MartĆnez advierte que es contraindicada en algunas personas con celiaquĆa, ya que pueden ser intolerantes a la proteĆna de la avena.
āEn la Argentina es muy difĆcil conseguir avena sin gluten porque hay riesgo de contaminación durante la cosecha o el procesamientoā, advierte.

8. Harina de algarroba
AdemĆ”s de ser unaĀ alternativa a la harina con gluten tambiĆ©n es un buen sustituto del chocolate.Ā LaĀ algarrobaĀ forma parte delĀ Código Alimentario ArgentinoĀ dado que se la considera un alimento natural con una importante composición nutricional y energĆ©tica.Ā
La Asociación Argentina de Nutrición subraya que 100 gramos de harina de algarroba aportan 220 calorĆas, 48,8 gramos de carbohidratos, 4,6 gramos de proteĆnas de origen vegetal y 40 gramos de fibra. AdemĆ”s, se resalta que no contiene colesterol y su Ćndice de grasas totales es muy bajo.
Respecto de su importancia a nivel nacional, la algarroba es de los alimentos autóctonos mÔs antiguos utilizados en Sudamérica, a la par que representa uno de los productos forestales no madereros principales de la Argentina.
āSu consumo se vincula a costumbres ancestrales y comunidades que elaboraban la harina de algarroba con mortero de maderaā, revela Nito Anello, cofundador de la empresa de alimentos ZafrĆ”n, que comercializa productos con este ingrediente conocido históricamente por su riqueza nutricional.
9. Harina de arroz
La harina de arroz es una de las alternativas mĆ”s populares para reemplazar el trigo, especialmente en dietas sin gluten. Desde el punto de vista nutricional, se caracteriza por ser rica en carbohidratos refinados, con un promedio de 80 g cada 100 g. Su contenido de proteĆnas es bajo (6-7 g) y aporta muy poca fibra (1-2 g en la versión blanca). Al casi no contener grasas, tiene un Ćndice glucĆ©mico (IG) que puede llegar a 90 en su versión refinada, lo que provoca picos rĆ”pidos de glucosa en sangre.
āNo es muy diferente a la harina de trigo en su impacto metabólico, por lo que resultarĆa una alternativa Ćŗtil solo en casos de pacientes celiacosā, observa Tale.
A su vez, advierte que, como ocurre con todas las harinas, el procesamiento cambia las propiedades del alimento original: āse pierde fibra, se oxidan los Ć”cidos grasos y aumenta la velocidad de absorción del almidónā, dice. Por otra parte, el especialista comenta que la harina rara vez se consume sola y que, al combinarse con ingredientes como aditivos y edulcorantes, el resultado final termina pareciĆ©ndose a un producto ultraprocesado.

10. Harina de trigo sarraceno
Perteneciente al grupo de los pseudocereales (semillas que se consumen como granos de cereal, pero no crecen en gramĆneas), el trigo sarraceno es rico en carbohidratos (71 gramos cada 100); en segundo lugar, las proteĆnas (13 g), y en tercero, la fibra (10 g).
A pesar de su nombre, no estĆ” relacionado con el trigo y, por lo tanto, no contiene gluten.
Lo que lo diferencia de otras harinas, detalla Sympson, es su aporte proteico, con proteĆnas mĆ”s completas en aminoĆ”cidos; su alto aporte de fibra (mayor que el de harinas como las de arroz o maĆz) y su Ćndice glucĆ©mico medio-bajo que ayuda a controlar la glucemia.
AdemĆ”s, este tipo de harinaĀ es rica en minerales.Ā Un dato no menor, agrega la especialista, es queĀ los minerales en los granos cocidos de trigo sarraceno āmanganeso, cobre, magnesio, hierro y fósforo, entre otrosā son particularmente bien absorbidos, debido a que es bajo en Ć”cido fĆtico, un inhibidor comĆŗn de la absorción de minerales presente en granos y semillas.Ā





