Los términos Bitcoin, Ethereum, Binance y últimamente Dogecoin comienzan a formar parte del lenguaje de los inversores que se amplía a blockchain y criptoactivos, que en la Argentina comprende a productos como la soja, la preservación de la selva misionera o la producción de azúcar.
En un contexto en el que los organismos de contralor están alertas ante este tipo de iniciativas, en especial los que comprenden derivados de activos.
La masividad del Bitcoin y la ganancia que comenzó en la segunda mitad del año 2020 que trepó hasta los 62.000 dólares por unidad con un incremento de casi 100% desde fin de año a la fecha, en medio de un contexto atravesado por la pandemia y el despertar del interés de inversores individuales.
A nivel internacional se destacó Elon Musk, el dueño de Tesla, mientras que en el plano local y regional en los últimos días Mercado Libre anunció la decisión de atesoramiento de monedas virtuales, lo que dio un impulso extra al mundo cripto.
En lo que respecta a las ofertas que existen en el mercado, en la Argentina en lo que va del año se han presentado proyectos como la criptosoja, donde cada unidad representa una tonelada del principal cultivo del país.
«En cada Token de Criptosoja SOYA, (así su nombre) hay una tonelada de soja real custodiada en un acopio que lo respalda. Esta tonelada, a su vez, está validada por medio de la PoGR («Prueba de Reserva de Granos», por sus siglas en inglés), que es transparente, segura, descentralizada y auditable en todo momento mediante la blockchain de Ethereum (el sistema que la gestiona)», explican desde Agrotoken, la plataforma que lanzó el producto.
Otro proyecto local fue Sucoin, la criptomoneda se respalda en la producción azúcar, el producto insignia de la provincia de Tucumán. En medio de advertencias, las criptomonedas para algunos especialistas en inversiones son el futuro de las transacciones.