Ilusoria, engañosa, naif. Nada hay menos seguro que la esperanza. Suena más razonable el escepticismo, más sofisticada la melancolía, más canchero el sarcasmo. Y la verdad es que la esperanza no sobra. Puede incluso que para nosotros no exista, pero renunciar a pensarla nos lleva a confundir esta posibilidad con un hecho consumado, y eso tampoco ayuda.
Así que a organizar nuestro pesimismo alrededor de una mesa, larga como esperanza de pobre, a darle la forma un poco de banquete filosófico, otro poco de farra de fin de año, es que dedicamos esta tercera, y de momento última, 𝗔𝗻𝘁𝗿𝗼𝗽𝗼𝗰𝗲𝗻𝗮, reunidos con algunas de las personas que nos acompañaron durante este 2025.
Escuchamos el audio de Francisco, del Equipo Transiciones; hablaron Emilie, Nestor y Lolo; cantó Stella, rapeó Fran, recitó Cacho; Fabian, Julieta y el Pani dijeron lo suyo. Las opiniones varían. También el modo de expresarlas. Y no está mal. Nuestra amistad está hecha, además, de todo eso en lo que no estamos de acuerdo.
Quizás la expectativa de un tiempo mejor tenga menos que ver con la certeza de que las cosas van a resultar como queremos, que con la disposición a encontrar un sentido y un propósito para lo que hacemos capaz de desafiar la idea de que no hay alternativa a los futuros mezquinos que otros maquinan en nuestro nombre.
Gracias a Lolo Vlem y a Emiliano por ponerle sabor ferroviario a este encuentro. 𝗟𝗮 𝗔𝗻𝘁𝗿𝗼𝗽𝗼𝗰𝗲𝗻𝗮 es un proyecto realizado mediante un subsidio de la Fundación Williams, a través de su concurso “Ensayar Museos 2024”.





