Este miércoles el consejo directivo de la CGT confirmarÔ la decisión sindical de avanzar con un nuevo paro general, el quinto, contra la administración de Mauricio Macri. Es muy posible que en el encuentro se anuncie también la fecha de la medida de fuerza que, según la apuesta de la conducción cegetista, se concretarÔ en la misma semana de la realización de la cumbre de presidentes del G20 en Buenos Aires. Aunque aún es prematuro, en varios calendarios sindicales figura remarcado el martes 27 de noviembre como la jornada ideal para la protesta.
La ratificación cegetista de la decisión de avanzar con la nueva medida de fuerza no pareció casual. Llegó justo después de que referentes del Gobierno dieron cuenta de la existencia de negociaciones con empresarios y sindicalistas con el propósito de avanzar en un acuerdo social destinado a frenar los despidos en el sector privado.
La versión fue rechazada deĀ plano desde la conducción de la central obrera, donde negaron cualquier tipo de gestión con el Ejecutivo y atribuyeron losĀ rumores a algunas disputas en el seno del propio gabinete nacional. Ā«AcĆ” la Ćŗnica posibilidad de sentarnos a dialogar esĀ que se nos garantice algĆŗn tipo de mecanismo para ponerle un lĆmite a los despidos, que asegure la recomposición salarial
frente a la inflación y un incremento de las jubilaciones y planes sociales, y eso hoy estĆ” muy lejos de estar en la voluntadĀ de quienes toman las decisiones dentro del GobiernoĀ», afirmó a este diario un importante dirigente de la primera lĆnea de laĀ CGT. Otro gremialista coincidió en el anĆ”lisis y negó conversaciones con el Ejecutivo para negociar una eventualĀ concertación. Ā«No hay nada de nada, es todo un bluĀ»,Ā enfatizó.
Frente a ese escenario, la primera lĆnea de la central obrera acordó avanzar con el llamado a una nueva huelga, que tendrÔ la misma metodologĆa de los realizados el 25 de junio y el 25 de septiembre pasado: la paralización de actividades por 24Ā horas. Esa definición implica descartar la alternativa inicial de disponer de una protesta de 36 horas que incluya unaĀ movilización a Plaza de Mayo en repudio a la polĆtica económica y social de la administración de Cambiemos.
En el cambio de postura fue clave el impacto de los incidentes registrados el último miércoles durante la marcha frente al Congreso en momentos en que la CÔmara de Diputados trataba el proyecto de Presupuesto 2019. «Hoy por hoy es demasiado peligroso convocar a una manifestación porque si se producen episodios de violencia se vuelve te vuelve en contra y queda desdibujado el verdadero eje de los reclamos», apuntó otro referente de la conducción cegetista.
Respecto a la fecha definitiva de la medida, existe bastante consenso en que se concrete durante la misma semana de la cumbre del G20, que se extenderÔ entre el viernes 30 y el sÔbado 1° de diciembre, aunque marcando cierta distancia temporal de las protestas convocadas por las organizaciones anti-globalización.
Fuente: El Cronista