Coinciden los neurólogos expertos, que el gran problema con el Alzheimer es que la enfermedad neurodegenerativa, causada por la destrucción progresiva de las neuronas cerebrales,Ā comienza hasta dos dĆ©cadas antes de que aparezcan los sĆntomas,generalmente en los 60 aƱos de una persona.
Y no solo de la memoria estamos hablando. También afecta la capacidad para prestar atención, resolver problemas o tomar las decisiones acertadas.
Se trata de un conjunto de capacidades esenciales para la vida diaria y la independencia, cuyo deterioro no se puede revertir. Y con el crecimiento del promedio de edad de la población en el mundo, ese problema se hace mÔs grande y evidente.
En el mercado actual existen muy pocas drogas que pueden ralentizar el progreso de la pƩrdida de memoria que acompaƱa al Alzheimer, pero lo que se ve generalmente es que cuando la enfermedad se diagnostica, ya es demasiado tarde: se ha producido un daƱo irreversible en el cerebro y el progreso del deterioro lleva a la muerte inexorablemente.
Es por eso que la mayorĆa de los ensayos con medicamentos para el Alzheimer han fracasado en parte, porque es muy difĆcil encontrar personas con las primeras etapas de la enfermedad.
Todo eso podrĆa cambiar, segĆŗn elĀ Ćŗltimo estudio de Alzheimer publicado esta semana en la revistaĀ Nature, en donde se destaca la investigación de un grupo de mĆ©dicos japoneses y australianos queĀ identificaron mediante un anĆ”lisis de sangre, ciertos fragmentos de proteĆnas amiloides y nudos de tau, que son las que se acumulan en el cerebro, lo degrada y causan esta terrible enfermedad.
Ā«Los biomarcadores de sangre son un gran avanceĀ», afirmó entusiasmado respecto al nuevo estudio, el doctor Ron Petersen, director de investigación de Alzheimer de laĀ ClĆnica Mayo.
Concretamente, el biomarcador sanguĆneo fue descubierto por investigadores del Centro Nacional de GeriatrĆa y GerontologĆa de Japón, en un estudio que involucró a 400 participantes. Estas personas eran cognitivamente normales, tenĆan un deterioro cognitivo leve o tenĆan un diagnóstico de enfermedad de Alzheimer.
Los cientĆficos tomaron muestras de sangre y catalogaron los cientos de fragmentos de Ā«proteĆnas precursoras de amiloideĀ» que encontraron en cada muestra. DespuĆ©s de comparar los niveles de estos fragmentos de proteĆna con los niveles de amiloide en el cerebro que se encuentran con las exploraciones PET,Ā los expertos descubrieron que ciertas parejas tenĆan un 90% de precisión para predecir si habĆa acumulación de amiloide en el cerebro o no.
Ā«TodavĆa hay un largo camino por recorrer antes de que este tipo de prueba se pueda utilizar en un entorno clĆnico. El desafĆo serĆ” reproducir los datos en una escala mayorĀ», explicó Petersen, que remarcó que investigadores de la Universidad de Washington en Saint Louis estĆ”n desarrollando mĆ©todos para diagnosticar la enfermedad utilizando fragmentos de proteĆna amiloide y biomarcadores tau.
Desde la dĆ©cada del 80, el Alzheimer solo podĆa diagnosticarse post-mortem a travĆ©s de autopsias del cerebro. En los Ćŗltimos aƱos, los cientĆficos han descubierto cómo identificar los signos de la enfermedad de Alzheimer mediante la punción lumbar y tomas de la mĆ©dula espinal o tambiĆ©n basados en escaneos PET, pero debido a que estas pruebas son invasivas y costosas, por lo general solo se administran a pacientes que ya muestran signos claros de la enfermedad.
En otras palabras, solo se usan en pacientes para quienes el tratamiento serĆ” demasiado corto o demasiado tarde.Ā Lo esperanzador de este hallazgo es que una simple prueba de sangre se le puede hacer a cualquier persona, a cualquier edad, y combatir el Alzheimer en sus primeras etapas.
Ā«Incluso si estas proteĆnas no resultan ser lo suficientemente buenas para usarlas como una prueba definitiva para el Alzheimer, aĆŗn podrĆan usarse para mejorar la forma en que diagnosticamos la enfermedad. Si un anĆ”lisis de sangre fue lo suficientemente bueno para indicar una mayor probabilidad de acumulaciones anormales de amiloide en el cerebro, podrĆa ayudar a los mĆ©dicos a saber quĆ© pacientes deberĆan someterse a un examen de PET o una punción lumbar para confirmar el diagnóstico de AlzheimerĀ», concluyó Petersen.
Juan Manuel Baldovino, médico neurocirujano de Grupo Medihome, explicó a Infobae la otra noticia esperanzadora sobre Alzeimer que surgió esta semana: el marcapasos cerebral.
Ā«No todas las demencias son alzheimer. Hablamos de demencia cuando hay pĆ©rdida de memoria operativa. Comienza con la afectación de la memoria temprana por el continuo depósito de la proteĆna beta amiloide la región del hipocampo del cerebro. Este depósito de material interfiere en la conexiones neuronales, por lo que cuanto mayor es el depósito, mayor es el deterioro cerebral, afectando entre otros aspectos a la memoria inmediata, mediata y la tardĆa. Y generando una pĆ©rdida de masa encefĆ”lica de alrededor de 140 gramosĀ», precisó Baldovino.
«El estudio sobre el marcapasos cerebral, que es una investigación preliminar, consiste en introducir unos electrodos en el cerebro, que mediante una técnica que se llama estimulación, a través de ondas de corriente en el lóbulo frontal, generan una mejora fundamentalmente en la atención de los pacientes, y en la toma de decisiones, que se afecta en forma temprana en los pacientes con esta enfermedad», explicó.
TodavĆa no estĆ” aprobado en EE.UU. Pero sĆ ya se utiliza la estimulación con implantes cerebrales para otras enfermedades, por ejemplo para Parkinson y dolor.
La enfermedad del olvido
El Alzheimer es la causa mÔs frecuente de demencia y se caracteriza por un deterioro gradual de las capacidades cognitivas, conductuales y funcionales de los pacientes. Su frecuencia aumenta con el envejecimiento de la población.
Ā«La demencia es un sĆndrome caracterizado por un deterioro cognitivo progresivo que afecta funciones cerebrales superiores tales como la memoria, el lenguaje, la percepción, la atención, el pensamiento y la conducta, alterando la capacidad de la persona para desenvolverse en forma independiente en sus actividades habitualesĀ», explicó aĀ InfobaeĀ el doctor JuliĆ”n Bustin, jefe de la ClĆnica de Memoria deĀ INECO.
En términos médicos, «demencia» no es sinónimo de «locura», sino la consecuencia de enfermedades o procesos neurodegenerativos que afectan progresivamente las funciones cognitivas como memoria, lenguaje o razonamiento, asà como conducta y emoción, generando incapacidad para desarrollar en forma independiente aquellas actividades cotidianas a la que la persona estaba habituada.
Según números brindados por la Organización Mundial de la Salud, hay 48 millones de personas que padecen demencia en el mundo, y cada año se registran casi 8 millones de casos nuevos.
La Asociación Internacional de Alzheimer contabilizó en 2015 unas 503.000 personas con demencia en la Argentina con una incidencia anual de 74.061 nuevos casos (en mayores de 65 años, con una frecuencia de la demencia del 12.18%, del tipo Alzheimer de 5.85 % y demencia vascular de 3.86 %). Se proyecta que ese número se incrementarÔ a 1.181.000 personas en 2050.
«Se calcula que cada 3 segundos una nueva persona es diagnosticada con demencia, y si bien existen muchos tipos, la enfermedad de Alzheimer es la mÔs frecuente, con alrededor del 70% de los casos. Se trata de una enfermedad edad-dependiente, cuya frecuencia aumenta significativamente a partir de los 65 años», agregó Bustin.
SegĆŗn relató el experto, la comisión sobreĀ Ā«Prevención, intervención y cuidado en demenciaĀ»,Ā creada por la prestigiosaĀ revista The Lancet, publicó el control de ciertos factores de riesgo que podrĆan tener el potencial de retrasar o proteger a un tercio de los casos de demencia.
Los 7 factores de riesgoĀ son: sedentarismo, tabaquismo, hipertensión, obesidad en la adultez, diabetes, depresión y baja educación formal.Ā En todos los casos, se trata de factores modificables, por lo que mediante diferentes iniciativas se podrĆa disminuir el riesgo de Alzheimer.
Ā«A travĆ©s de la adopción de ciertos hĆ”bitos como el ejercicio fĆsico, la estimulación cognitiva, una dieta saludable, sueƱo adecuado, disminución del estrĆ©s y el mantenimiento de la actividad social se puede lograr un escudo protector para el cerebroĀ», concluyó Bustin.
El doctor Ricardo Allegri, Jefe de NeurologĆa Cognitiva, NeuropsiquiatrĆa y NeuropsicologĆa deĀ FleniĀ resaltó la importancia de ejercitar el cerebro para prevenir las demencias.
Ā«Ejercitar nuestro cerebroĀ influye en el desarrollo, mantenimiento y potenciación de la reserva cognitiva, y el arte permite un entrenamiento que atraviesa nuestra capacidad de pensamiento, memoria y lenguaje. Los individuos con mayor reserva cognitiva tienen predisposición a prevenir, mantenerse mejor y mĆ”s tiempo ante enfermedades que determinan deterioro cognitivo. Antes se pensaba que esto habĆa que fomentarlo en la tercera edad, pero ahora se sabe que hay que mantenerlo a lo largo de toda la vidaĀ», sostuvo Allegri.
La doctora MarĆa Alejandra Amengual, mĆ©dica Neuróloga delĀ Sanatorio Los ArcosĀ explicó aĀ InfobaeĀ que Ā«los sĆntomas habitualmente referidos (pĆ©rdida de memoria, dificultades para encontrar las palabras, cambios de humor, pĆ©rdida de iniciativa) tambiĆ©n pueden observarse en otras situaciones como depresión o envejecimiento normal, pero se diferencian ante todo en el grado de interferencia que generan para el desarrollo de actividades habitualesĀ».
Y adelantó un cuadro que ayuda a comparar los sĆntomas del envejecimiento normal con la enfermedad de Alzheimer.
Cuidados para prevenir el alzheimer
Hay muchas cosas que se pueden hacer para prevenir el deterioro cognitivo (causal de la demencia), en general actividades y hƔbitos simples que se pueden incorporar en lo cotidiano:
1) Cuidar el corazón:Ā El cigarrillo, la presión arterial elevada, el colesterol alto, la diabetes, la obesidad y el sedentarismo, son los principales Ā«factores de riesgo vascularĀ», y generan daƱos en las arterias aumentando el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o un infarto cardĆaco, e incrementando tambiĆ©n el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo. Estos problemas pueden prevenirse a travĆ©s de hĆ”bitos saludables y tratamiento adecuado.
2) Seguir una dieta saludable: El alimento es el combustible del cerebro y el cuerpo. Numerosos estudios demostraron los beneficios de seguir una dieta de tipo mediterrÔnea (rica en cereales, frutas, pescados, legumbres y verduras); por el contrario, la alimentación con exceso de grasas saturadas, azúcar o sal, aumenta el riesgo de enfermedad cerebrovascular y cardiovascular.
3) Participar de actividades sociales:Ā Las actividades grupales implican interacción con otras personas, intercambio de ideas y conceptos, oportunidad de ejercitar el lenguaje, adaptación, empatĆa; tambiĆ©n aumentan la reserva cerebral y ayudan a reducir el riesgo de depresión.
4) Realizar actividad fĆsica:Ā El ejercicio fĆsico ayuda a controlar la presión arterial y el sobrepeso, reduce el riesgo de diabetes y de algunos tipos de cĆ”ncer. AdemĆ”s genera bienestar y es una excelente oportunidad para compartir actividades con amigos y familiares.
5) Desafiar al cerebro:Ā Mediante nuevas actividades que impliquen un aprendizaje (como aprender un idioma o desarrollar un nuevo hobby) el cerebro puede construir nuevas redes y conexiones, lo que ayuda a contrarrestar los sĆntomas producidos por la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Nunca es tarde para empezar a desarrollarlas y generan otra oportunidad para realizar actividades compartidas.
Fuente: Infobae





