Recorrer Ferrowhite junto a los integrantes del Centro Luis Braille fue descubrir en el museo de siempre un museo nuevo.
Aprender que ahí donde no hay visión puede haber «mirada», capacidad para dirigir una atención intensa hacia lo que nos rodea.
En lugar de pasar a través de las cosas, quedarnos un rato con ellas. En vez de seguir de largo, dejar que sean los objetos los que circulen de mano en mano.
Lo que Beatriz, Bernardino, Emilio, Graciela, Nahuel, Natalia, Olga, Veronica y Sergio nos enseñan no tiene que ver sólo con su condición, sino con la de cualquiera que pise este espacio.
Cada visita al museo supone el desafío de ir un paso más allá de la propia circunstancia para intentar imaginar cómo viven otras personas su experiencia de este sitio y de la historia que cuenta.
Gracias a Viviana, Martín y Federico, del Centro Luis Braille, al equipo de Turismo Bahía y a Esteban Barreiro, de Agora3d Academy , por fabricar la increíble maqueta háptica del Castillo que les espera en nuestras salas de muestra.