Una casa donada, un premio y un whitense que cambió su vida gracias a la universidad pública

Damián Uriarte egresó de la Escuela Técnica Nº 1 de Ingeniero White y se inscribió en la licenciatura en Química en la Universidad Nacional del Sur. Sabía que no iba a ser sencillo estudiar sin trabajar, así que buscó ayuda. Ahora, a los 31 años, gracias a varias becas y personas en su camino, una carrera de grado y otra de posgrado, alcanzó el premio al mejor promedio de doctorado, con un 10.

“Primero, recibí la beca de la Fundación Cecilia Grierson y la Compañía Mega, que me permitió cursar la carrera sin necesidad de trabajar, así que siempre me esforcé para que valiera que confiaran en mí. Para el doctorado, con una beca del CONICET, también pude destinar mi tiempo a las materias, no lo hubiera podido hacer si hubiera tenido que cumplir horarios y otras obligaciones”, dijo, al ser entrevistado por AM 1240, en el matutino Agenda Pública.

En la última colación de grados, Damián recibió de manos del rector Daniel Vega el diploma de doctor en Química y de mejor promedio 2022, que se otorga merced a la donación de una que hiciera a la UNS la vecina bahiense Fanny Fideleff.

“La UNS ha sido una casa, una nueva perspectiva de la vida, me abrió la cabeza, me dio amigos y gente que admiro. Como bahiense, estoy orgulloso de ser parte de la institución y ser su graduado«.

Damián -que es formalmente oriundo de Ingeniero White- se encuentra actualmente residiendo en Santa Fe, en donde realiza un postdoctorado en el Laboratorio de Desarrollos Analíticos y Quimiometria (LADAQ) en la Universidad del Litoral, con una beca obtenida del CONICET.

“Creo que el premio -consistente en el alquiler que durante un año se abonó por la casa que fuera del matrimonio de Aaron Nijamkin y Fanny-, corona una etapa hermosa, de mucho crecimiento profesional y personal. Ya desde la secundaria me gustaba la química y me animé a cursar la carrera.

“De la secundaria a la universidad fue un gran cambio, básicamente cultural. Tuve muy buenos compañeros y docentes que hicieron que la Uni sea un lugar para poder ser científico, que es mi aspiración. No se hace ciencia de un día para el otro, no es fácil, pero es a lo que quiero dedicarme”, acotó.

Por unos días, volvió a su ciudad, a la Universidad que le dio los dos títulos, al lugar en el que recibió ayuda para cumplir sus objetivos y seguir su camino profesional y al escenario de Colón 80, para que los presentes en la última ceremonia de graduación del mes de julio lo felicitaran por su dedicación, por sus horas de esfuerzo y su agradecimiento a los que, con su aporte, permitieron que su rendimiento académico sea exitoso.

“Siempre estuve muy enfocado en cumplir con las expectativas propias y de los que confiaron en mí”, dijo.