Cuando suena la sirena estás ahí, en cada incendio, en cada siniestro o rescate, siempre respondés.
Con el entrenamiento, la preparación y la rapidez que se necesita, siempre actuás.
Cualquier día, cualquier hora y en cualquier lugar, vos estás ahí donde la gente te necesita.
Esa es la parte que todos ven y reconocen de tu vocación. Lo que pocos saben es que detrás de cada salida, está todo lo que hacés día a día. Ese esfuerzo silencioso y constante.
Ser bombero voluntario es una elección de vida, compramos, entrega desinteresada y un profundo amor por el servicio, que se siente en cada rincón del cuartel.
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