El dĆa amaneció adentro de un tĆ©mpano que templamos calentando leche en la hornalla. TĆ”lata RodrĆguez madrugó para compartir el desayuno con los pibes de Ā”Prende! y del Envión Saladero Bulevar. Cuando asomó el sol, salimos al parque, nos sentó en ronda y escuchamos su poema preferido sobre animales, el poema de Mirringa Mirronga. AsĆ comenzó ‘El poeta es un bicho raro’, un taller que -con ayuda de Silvia, Malena, Jorge y el equipo del Envión-, puso a prueba la inesperada eficacia del Tutti Frutti como procedimiento poĆ©tico:
El delfin dorado
daba a diario
un knockout.
El gorila gris
gemĆa gracias
en las grutas.
El elefante esmerado
le escribĆa a un enano
que estaba en Espania.
El escorpión esmeralda
empataba al elƔstico
en Egipto…
Tal vez atraĆdos por el humo de la parrilla, al delfĆn dorado, al gorila gris y al escorpión esmeralda se sumaron, al rato, poetas de muy variado pelaje pero la misma buena onda. Dimos una vuelta por el museo, conversamos sobre el trabajo con herramientas mĆ”s pesadas que una birome y, con apetito, enfilamos para la Rambla. El dĆa habĆa quedado lindĆsimo.
NoemĆ y Ariel se lucieron de nuevo. Los choripanes, modestia a parte, estaban exquisitos. Una damajuana de vino duró menos de cinco minutos. Nuevo rĆ©cord para el tĆ”ndem de argentinos y chilenos. Como pasa, a veces, en los festivales -en los festivales que resultan bien- de repente gente de lugares remotos parecĆa conocerse de toda una vida. De pronto quien recitaba no era poeta, o no lo era hasta ese preciso instante. Cachito Mazzone abrió la sobremesa entonando de memoria algunas estrofas del MartĆn Fierro. AsĆ, los poemas de Jorge Posada, de Gaby Liuzzi, de CristiĆ”n Gómez Olivares, de Gerardo Jorge o de Analise Freitas se mezclaron con los tangos de Pedro Marto y del Chapa Orzali. Y hasta hubo tiempo para que TĆ”lata improvisara unos versos sobre ellos dos. Cuando se acabó el vino bajamos a la marea.
El poema que escribieron los chicos termina asĆ:
Delfin
Gorila
Elefante
Escorpión
Animales de todos,
en todas partes
y tiempos.
Aquel dragón
dormĆa con su dado
en Dinamarca,
era el rey
mientras los gatos
galopaban,
gritaban,
gateaban,
goleaban,
gruƱĆan,
giraban
y nuevamente
despertaban,
esta vez
color guinda
en La Guajira
o en Groenlandia.
Conversaban
con unos gusanos granada
sobre Disney,
sobre diamantes y dedales,
sobre esas golondrinas grises
que esquivan las escaleras de Escocia
y eligen las espadas de Europa.
Suena mĆ”s lindo en voz alta. O esa parece ser la apuesta de este festival. Que la poesĆa no prescinda del todo de la voz y del oĆdo, de los cuerpos que cada tanto coinciden en algĆŗn lugar para que lo escrito suceda.
Nota: Ferrowhite Museo Taller.




