En el invierno, el cuerpo nos pide abrigo, comida reconfortante y un extra de defensas. Las bajas temperaturas y los cambios bruscos de clima hacen que los virus respiratorios circulen con mayor facilidad. Por eso, además de descansar lo suficiente y mantenernos en espacios cálidos, es clave prestar atención a lo que comemos. Ya que la alimentación puede ser una gran aliada para atravesar esta estación de forma saludable.
En ese contexto, hay ciertos alimentos que se destacan por su aporte nutricional y sus propiedades protectoras. Uno de ellos es elcacao, un ingrediente milenario que puede tener un efecto positivo en el organismo si se consume de manera consciente. Rico en antioxidantes, magnesio, hierro y compuestos que estimulan el sistema nervioso, se convierte en una opción natural para cuidar el corazón, levantar el ánimo y reforzar el sistema inmune.
Aunque muchas veces se lo asocia únicamente con el chocolate industrial, su versión más pura tiene beneficios avalados por estudios científicos y es un recurso valioso para incorporar en preparaciones diarias, como tortas y smoothies, especialmente para el desayuno.
Beneficios de consumir cacao
Protege la salud cardiovascular
El cacao es rico en flavonoides, especialmente epicatequinas, que favorecen la dilatación de los vasos sanguíneos y mejoran la circulación. Esto ayuda a reducir la presión arterial, disminuir el riesgo de formación de coágulos y proteger el corazón frente a enfermedades cardiovasculares.
Mejora el estado de ánimo y combate el estrés
Gracias a su contenido de teobromina, feniletilamina y pequeñas dosis de cafeína, el cacao actúa como un suave estimulante del sistema nervioso. Favorece la producción de serotonina, dopamina y endorfinas, neurotransmisores asociados al bienestar, la motivación y el placer.
Por eso, su consumo moderado puede mejorar el humor, reducir la ansiedad y ser un recurso natural para sobrellevar días grises o de mayor cansancio emocional.
Antioxidante
El cacao puro contiene más antioxidantes que muchos “superalimentos” populares. Estos compuestos ayudan a neutralizar los radicales libres, moléculas inestables que dañan las células y aceleran el envejecimiento. Esta protección también se traduce en beneficios para la piel, la salud ocular y la prevención de enfermedades crónicas.
Fortalece el sistema inmunológico
El cacao es fuente de minerales esenciales como zinc, hierro y magnesio, fundamentales para el funcionamiento óptimo del sistema inmunológico. Estos nutrientes ayudan a la producción de glóbulos blancos, responsables de combatir infecciones, y mejoran la respuesta del organismo frente a virus y bacterias, especialmente en épocas frías como el invierno.
Favorece la función cerebral
Su consumo está vinculado a una mejor función cognitiva gracias al aumento del flujo sanguíneo hacia el cerebro. Diversos estudios sugieren que los flavonoides presentes en el cacao podrían mejorar la memoria, la concentración y la velocidad de procesamiento mental.
Además, su efecto neuroprotector lo convierte en un aliado para mantener la salud cerebral a largo plazo.
Estimula el metabolismo y la energía
Aunque tiene menos cafeína que el café, el cacao aporta teobromina, una sustancia que estimula el sistema nervioso de manera más suave pero prolongada. Esto puede traducirse en un aumento de energía, una mejor capacidad de concentración y una leve aceleración del metabolismo. Ideal para combatir la fatiga típica de los días fríos.
¿Cómo incorporar el cacao en la dieta diaria de manera saludable?
Incluirlo en las comidas diarias no tiene por qué ser complicado ni requerir recetas elaboradas. Una de las formas más simples es añadir una o dos cucharaditas de cacao puro(sin azúcar) a un tazón de avena, yogur natural o licuados de frutas. También se puede utilizar para preparar bebidas calientes a base de leche vegetal o animal, ideal para los días fríos.
Otra opción es sumarlo a preparaciones caseras como muffins integrales, tortas, granolas o trufas energéticas. Al tratarse de un sabor intenso, no hace falta usar grandes cantidades para lograr ese toque chocolatosoque muchos buscan.
Para quienes prefieren las versiones comerciales, el consejo es leer bien las etiquetas: cuanto más alto sea el porcentaje de cacao y más cortos los ingredientes, mejor. Evitar chocolates con grasas añadidas, exceso de azúcar o rellenos artificiales es clave para aprovechar realmente sus propiedades.
Fuente: Ambito