Cada recorrido educativo del museo tiene algo particular. En el caso de la visita de la Escuela Primaria Nº 7, todo empezó cuando una de las alumnas contó en clase que su bisabuela era la encargada de hacer el chocolate en el Museo del Puerto.
Fue así que, meses después, todo segundo grado de la escuela vino en colectivo al recorrido que proponemos desde el museo.
Pero esta vez también invitamos a la integrante de la Asociación Amigas «Chacha» Marino, como bisabuela de Angelita, pero también como vecina de White que hace presente la historia del puerto en cada uno de sus recuerdos: su mamá costurera de bolsas en Bunge & Born, los inicios de este museo municipal y la cantidad de litros de chocolate que preparó en 28 años de trabajo voluntario en una institución de su localidad.
Chicas y chicos escuchaban con atención, porque nunca se sabe, una frase puede empezar por los afectos personales y seguir por la vida en común, por una historia colectiva.