Los dos predios de casi 20 mil metros cuadrados que ahora dispone Hipoute SA, el permisionario del grupo TC2 para prestar el servicio logĆstico a la carga de contenedores que suben y bajan los buques de las navieras Maersk y MSC de manera periódica en la sección 8va del puerto, pareció poner fin a un conflicto prolongado con la autoridad portuaria que desencadenó el Ćŗltimo bloqueo a los accesos de las Terminales 2 y 3, en marzo pasado.
La intervención directa del ministro Javier Tizado pareció suturar una grieta que habĆa llegado a su punto mĆ”ximo de tensión. Pero la solución encontrada lejos estĆ” de conformar a los propios permisionarios ni a las autoridades de Aduana.
Desde la Dirección General de Aduana, organismo que depende de la Agencia Federal de Ingresos Públicos, pidieron que la nueva Terminal Portuaria incluya el manejo y seguridad del muelle por parte del concesionario. Pero el Consorcio desoye esto y dio la concesión según su propio gusto, aunque no coincida con la definición de una Terminal.
Si bien nunca trascendieron los valores de la concesión que abonan en concepto de canon mensual por el espacio otorgado, desde Hipoute/TC2 aseguran que los planos de la Terminal no incluyen el muelle como habĆa solicitado Aduana.
La operatoria de contenedores no solo sigue sin estar habilitada como zona primaria aduanera sino que enfrenta un desafĆo que desnuda la inviabilidad del esquema repetido por Martin Merlini y que lo llevó al fracaso mĆ”s estrepitoso en la licitación nacional e internacional del predio de los silos donde se buscó conformar una terminal multipropósito a cargo de un inversor privado, en un muelle, el 3, que no dejaba de ser pĆŗblico.
Las polĆticas que persiguen en el Consorcio parecen a contramano del programa Argentina Exporta que impulsa el gobierno nacional. Uno de sus objetivos para triplicar el volumen exportable y cuadriplicar las 8 mil empresas exportadoras que existen en el paĆs para el 2030 pasa por mejorar el acceso a los mercados.
En ese punto el servicio de logĆstica y transporte es central. Bajar esos costos como logró hacerlo el puerto porteƱo, serĆa posible en Mar del Plata si estimularan la llegada de inversiones, pero con una mirada estratĆ©gica, no inmobiliaria como es en la actualidad.
Por ahora asoman desafĆos mĆ”s tangibles. Las navieras que ahora llegan al puerto y otras que quieren venir estĆ”n pidiendo inversiones sobre el muelle para evaluar traer buques sin grĆŗas para abaratar sus costos. El puerto marplatense en un mediano plazo deberĆa contar con dispositivos propios, independientes del barco para mover la carga.
Mientras observan absortos, pero sin intervenir, al menos por ahora, como el modelo del Consorcio aleja inversiones, desde la Provincia reconocen que no disponen de los fondos para encarar una obra de semejante envergadura.
āPodrĆamos hacerlo nosotros pero no hay ningĆŗn estĆmulo. Regularizamos los predios pero el permiso es por 3 aƱos. Es imposible pensar en inversiones tan importantes con esta incertidumbre de no saber si en 3 aƱos te tenes que irā, dice Emilio Bustamante, en representación del permisionario.
āSiempre hicimos las inversiones necesarias para atender los requerimientos de las navieras y estas tambiĆ©n las evaluamos pero para ello se necesita claridad para invertirā, insistió el operador.
Antes de evaluar si el muelle puede recibir grĆŗas móviles o un pórtico para el manejo automĆ”tico de los contenedores, se requiere de un estudio de suelo para determinar si el piso soporta, por ejemplo, las 300 toneladas que pesa una grĆŗa. Lo Ćŗnico que le falta al puerto es hundir lo que todavĆa se mantiene en pie.
En TC2 por ahora contemplan distintas alternativas. Hay grĆŗas disponibles en el mercado nacional pero habrĆa que traerla por vĆa terrestre porque no existe ninguna posibilidad de desembarcarlas por el puerto. Y el operativo casi costarĆa mĆ”s que la propia grĆŗa.
Todo esto ocurre en un contexto del negocio que parece destinado a no repetir los números verdes que registró el movimiento de cargas desde que se reanudó el servicio en el 2015 y que el año pasado superó las 115 mil toneladas exportadas desde Mar del Plata.
SegĆŗn propias cifras del operador en los primeros cinco meses del aƱo hubo mĆ”s escalas de barcos (26 contra 18) pero Ć©stos levantaron mucho menos carga que en el comparativo con el mismo perĆodo del aƱo pasado. Fueron unas 12 mil toneladas, un 23% menos que en el 2018.
MĆ”s allĆ” de la presencia periódica de los buques de portacontenedores, casi uno por semana, en TC2 manejan junto con algunos cargadores locales la idea de chartear un buque multitarea. Esto les permitirĆa aglutinar mayor carga, refrigerada o seca que se genera en el puerto, la ciudad y la región.
Hoy, luego de 4 aƱos de reanudarse el servicio de portaconteneores con Maersk y MSC, la larga fila de camiones cargando contenedores a la vera de los silos, para cumplir con trĆ”mites aduaneros y salir por AutovĆa sigue siendo una postal del sin sentido comĆŗn. (ROBERTO GARRONE – PUERTO DE PALOS)





