El Gobierno y la CGT darĆ”n hoy el primer paso formal hacia la definición conjunta de un proyecto de ley sobre blanqueo laboral. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, recibirĆ” esta tarde al triunvirato de lĆderes y a la mesa chica de la organización para explorar entendimientos en ese aspecto y tambiĆ©n sobre un posible relanzamiento de las pasantĆas (o Ā«prĆ”cticas formativasĀ», como gustan llamarles los funcionarios) y en eventuales acuerdos sectoriales como el de los petroleros para Vaca Muerta. SerĆ” un nuevo paso luego de la reapertura del diĆ”logo bilateral tras la decisión de la central sindical de descartar un plan de lucha.
En discusiones informales de los Ćŗltimos dĆas Triaca y los dirigentes gremiales alcanzaron consensos en varios puntos del eventual blanqueo: el objetivo serĆ” redondear una iniciativa que deberĆ” incluir una amplia condonación de multas y punitorios para los empleadores que tuviesen personal no registrado y un reconocimiento por parte del Estado de parte de los aƱos de aportes no practicados por los trabajadores en situación de informalidad. Sobre esa base surgirĆ” un proyecto parlamentario para ser discutido por el Congreso despuĆ©s de las elecciones de octubre y antes de fin de aƱo con el necesario aval del sindicalismo como guiƱo a los bloques del PJ.
Con esas coincidencias los negociadores de uno y otro sector acordaron avanzar a partir de la reanudación del diÔlogo. Como paraguas se pactó que no se hablarÔ de una «reforma laboral» en el sentido integral del término sino apenas de iniciativas puntuales sobre aspectos en los que exista consenso para introducir modificaciones legislativas o normativas.
En ese sentido Carlos AcuƱa, uno de los triunviros de la CGT, dijo ayer que esa organización Ā«no va a permitirle al GobiernoĀ» llevar adelante una reforma laboral. En diĆ”logo con radio El Mundo advirtió que de aplicarse una reforma como la instrumentada en Brasil Ā«se van a perder un millón de puestos de trabajoĀ». Durante el fin de semana, su colega del triunvirato HĆ©ctor Daer indicó que serĆa Ā«una locuraĀ» que el Ejecutivo planteara avances sobre aspectos considerados intocables por la central, como la negociación colectiva, la seguridad social (el esquema de obras sociales) y el modelo sindical vigente.
Fueron avisos destinados a sus representados. Ni los sindicalistas ni el Gobierno prevén un avance sobre los tópicos innegociables, al menos en el corto plazo. El propio Triaca aclaró ayer que no se intentarÔ modificación alguna sin previo consenso con la CGT. De hecho, fue Acuña, el mismo que advirtió ayer al Gobierno, el encargado de organizar el encuentro de hoy con el ministro de Trabajo.
El acuerdo mĆ”s avanzado es sobre el blanqueo laboral, una iniciativa que figuraba al tope de las del equipo de Triaca desde el inicio de la gestión. Como habĆa anticipado este diario el aƱo pasado, el secretario de Empleo, el exTechint Miguel Ponte, elaboró los puntos centrales de la iniciativa que contemplarĆ”, en lo central, un perdón prĆ”cticamente total a los empleadores por los aƱos de contratación irregular de personal.
Ayer en Trabajo y en CGT confirmaron esa decisión y dijeron que tambiĆ©n estĆ”n avanzadas las conversaciones para la aplicación de fondos pĆŗblicos para la cobertura de una cantidad limitada de aportes no realizados por los trabajadores informales que deberĆan ser registrados a partir del blanqueo. Una de las opciones era que el Estado cubriera como reconocimiento el equivalente a tres o cuatro aƱos de aportes impagos por un monto simbólico igual al salario mĆnimo, vital y móvil. Sobre esa lĆnea se mantuvieron las conversaciones de la central con Triaca y el vicejefe de Gabinete Mario Quintana. Los reparos a subsanar parten, por ahora, de la lĆnea mĆ”s financiera del Gobierno encarnada por los ministros NicolĆ”s Dujovne y Luis Caputo, y por el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. Para convencerlos, el Ā«ala polĆticaĀ» buscarĆ” hacer un proyecto de ley lo mĆ”s restrictivo posible para evitar la intrusión del kirchnerismo y la izquierda con eventuales retoques de mayor costo fiscal.
Creen los funcionarios y los sindicalistas que, si el Gobierno acepta aplicar un blanqueo bajo esos parÔmetros, habrÔ un efecto concreto de formalización de trabajadores al garantizar que los empleadores no tendrÔn costo alguno.
Para la CGT es vital retomar el diĆ”logo con el Ejecutivo y mostrar voluntad de ceder en algunos puntos reformistas a cambio de sostener otros pilares mĆ”s sensibles, como la denominada integralidad de la negociación de convenios colectivos (un acuerdo nacional con preeminencia sobre cualquier pacto local o de empresa) y la ultraactividad, es decir el sostĆ©n de los acuerdos laborales mientras no sean reemplazados por un nuevo entendimiento. El otro pilar es el financiamiento de las obras sociales sindicales, que volvió a quedar sometido al arbitrio polĆtico luego de que fuese eyectado del Gobierno el funcionario que habĆa propuesto la CGT para monitorear esa tarea.
Fuente: Ambito




