Hoy esa gallina muestra algunos signos de agotamiento y genera preocupación en administradores y adminis-trados de la pesquerĆa.
CuÔndo comenzarÔ la próxima temporada de langostino en aguas nacionales, y sobre todo, hasta cuÔndo du-rarÔ, son dos de las principales incógnitas que a esta altura del año desvela a la pesca nacional.
Las pocas certezas no son precisamente un canto al optimismo. Desde el INIDEP acaban de confirmar los ma-los presagios que comenzaron a dibujarse en la campaƱa cientĆfica de fin de aƱo.
Los datos recopilados a bordo del tangonero Bogavante Segundo el mes pasado no fueron buenos. Marcaron una disminución de la biomasa disponible a ser pescada por la flota comercial.
Esto significa la posibilidad concreta de que haya menos langostino para un nĆŗmero de barcos que no para de crecer, con lo cual el riesgo de sobrepesca es alto si no se toman las medidas precautorias adecuadas. Y justa-mente eso parece no abundar entre la SubsecretarĆa de Pesca y el Consejo Federal Pesquero.
Un dato sirve para exponer el crecimiento exponencial del esfuerzo pesquero sobre el langostino. Fueron 304 los que declararon pescar el marisco el aƱo pasado, mƔs del doble de los que lo hicieron apenas un lustro atrƔs.
La merma no es en cantidad sino en calidad; en el tamaƱo del recurso. Los cientĆficos detectaron un corri-miento temporal del ciclo reproductivo. Por causas ambientales que se tratan de establecer, el ciclo repro-ductivo ya no ocurre en la primavera sino en el verano.
Esto ha generado un retraso en el proceso de reclutamiento a la pesquerĆa comercial. Para esta altura del aƱo, el langostino es de tallas menores a los que tenĆa en el mismo perĆodo en aƱos anteriores.
Si no se toman medidas de manejo acertadas se corre el riesgo de que haya una sobrepesca del reclutamiento: dejar a la pesquerĆa sin el nĆŗmero suficiente de reproductores que garanticen el ciclo reproductivo del aƱo siguiente. Saltar al vacĆoā¦.
Ante este escenario se evalĆŗa un corrimiento de la apertura de la zafra en aguas nacionales. Que no sea a fines de mayo, sino en junio, como para darle tiempo al langostino a que deje el jardĆn de infantes y al menos ingrese a la primaria.
āEl descenso porcentual de los ejemplares adultos y el incremento de los individuos en proceso de recluta-miento conllevan a la necesidad de monitorear los rendimientos de las operaciones de pesca y las tallas de los individuos de manera exhaustiva a fin de poder tener indicadores de alerta tempranaā, releva el informe cien-tĆfico que ya estĆ” en manos del Consejo Federal y las cĆ”maras empresarias.
QuĆ© harĆ” la autoridad de aplicación ante este nuevo escenario es otra de las incógnitas que afloran sobre la mesa. Hasta ahora, en la abundancia, Bosch y el Consejo Federal Pesquero nunca cerraron la puerta para el ingreso casi indiscriminado de nuevos barcos a la pesquerĆa. Incluso siguieron entrando cuando eran vox po-puli los cambios biológicos que atravesaban al recurso.
Las medidas para esquivar la crisis figuran en los manuales de manejo. Menos barcos, menos cajones, menos dĆas de pesca⦠No podrĆan salir de ahĆ los ingredientes de la receta para cocinar la sustentabilidad del langos-tino. La próxima semana en la reunión de la comisión de seguimiento de Langostino comenzarĆ” a jugarse el futuro.
Teóricamente esta temporada la flota fresquera dejarĆa se usar los cajones de 17 kilos y los reemplazarĆa por los de 15, segĆŗn el plan de manejo āJosĆ© AmĆ©ricoā aprobado el aƱo pasado. Si es que se controla que se cumpla, con eso solo no alcanzarĆ”.
¿Quién sale, qué ficha se corre del tablero en el que todos pusieron casi lo que quisieron hasta ahora?
El Subsecretario de Pesca se ha paseado de Feria en Exposición, acumulando millas y pavoneÔndose a caballo de la sobreabundancia del langostino. Veremos si estÔ a la altura en este crucial momento para preservar la gallina de los huevos de oro que ya muestra signos de agotamiento. (PUERTO DE PALOS)