AllĆ” por diciembre 2012, Alexis Tsipras , por entonces joven polĆtico lĆder de la izquierda en campaƱa presidencial, visitó Brasil y Argentina y dijo a la agencia Telam: Ā«Grecia no puede evitar recorrer el mismo camino que ArgentinaĀ».
Hoy, a apenas 48 horas de que expire el plazo para llegar a un acuerdo con sus acreedores, la tenue posibilidad que todavĆa existĆa se derrumbó con la noticia de un sorpresivo referĆ©ndum convocado por el Parlamento para que el pueblo exprese su opinión.
Las imÔgenes que se vieron el sÔbado frente a la sucursal cerrada del Piraeus Bank en Atenas guardan un acentuado parecido con lo que ocurrió aquà en 2001: una larga cola de gente esperando que abra el banco para retirar sus depósitos. Pero el banco no abrió.
Si no hay acuerdo, el rescate de la UE expira maƱana martes y el paĆs se queda sin dinero para hacer frente al vencimiento de una cuota de su deuda, de 1.500 millones de euros con el FMI. El paĆs no tendrĆ” para pagar sueldos y se caerĆ”n los prĆ©stamos de emergencia del Banco Central que han venido manteniendo vivo el sistema bancario del paĆs. Ergo: muchos bancos quebrarĆ”n. La gente lo sabe y corre a recuperar lo que ha depositado en esos bancos.
Desde aquĆ, la comparación. Argentina encontró la solución devaluando. Por un lado, terminó con la convertibilidad que decĆa que un peso era igual a un dólar. Luego ofreció a los acreedores una reducción de 70% de la deuda contraĆda. Muchos aceptaron, y un pequeƱo grupo no lo hizo; es el famoso grupo que hoy llamamos holdouts.
Grecia no puede hacer eso: pertenecer a la zona del Euro quiere decir que esa moneda tiene el mismo valor en todos los paĆses que la integran. La devaluación es imposible en ese caso. Si los acreedores no le aceptan los tĆ©rminos, Tsipras tiene que -entre muchas otras cosas- bajarle el sueldo a los jubilados, un lĆmite que no se atreverĆ” a cruzar.
Pero la novedad de la semana es otra: la decisión sobre quĆ© va a hacer el paĆs ya no estĆ” en manos del gobierno. EstĆ” en el pueblo que va a decidir, mediante referĆ©ndum respaldado por el Parlamento, si acepta o no acepta las medidas de austeridad impuestas por los acreedores europeos.
El resultado puede ser una sorpresa para muchos, especialmente para el combativo partido del Primer Ministro. Tal vez, a la hora de la verdad, los griegos prefieran no abandonar la UE ni el euro.
Ćltimo momento
A última hora del domingo se supo que Grecia decidió cerrar sus bancos e imponer controles al capital para impedir el caos financiero cuando fue evidente la ruptura definitiva de las negociaciones con sus acreedores internacionales.
La drÔstica medida la tomó el gobierno al final de una semana en que Grecia se fue acercando cada vez mÔs a su salida del sistema de moneda única europea, algo que pondrÔ a la Eurozona ante una ruptura nunca vista desde su lanzamiento en 1999.
Fuente: Mercado.